Hola a todos.
Esta ficha de cátedra aborda algunas de las diferencias entre nombres contables y de masa que estuvimos trabajando esta semana.
Saludos.
José
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
Esta ficha de cátedra aborda algunas de las diferencias entre nombres contables y de masa que estuvimos trabajando esta semana.
Saludos.
José
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
FACULTAD DE
LENGUAS
PROFESORADO Y
TRADUCTORADO EN IDIOMA INGLÉS
CÁTEDRAS:
Gramática española, Gramática española I, Gramática española II
Ficha de cátedra: El sustantivo sin
determinación[1]
1. Presentación del problema
Como hemos discutido en otras
oportunidades, para que el sustantivo común pueda funcionar como argumento de
un predicado es necesario que sea parte de una expresión referencial, es decir,
que pueda denotar una entidad. Para ello, la presencia de determinantes es
fundamental (1a), de lo contrario, podemos tener un resultado agramatical (1b).
Los sustantivos sin determinantes pueden funcionar como predicados
-fundamentalmente los que denotan tipos o clases (1c). Así se explican las
diferencias con respecto a la gramaticalidad en las oraciones de (1).
(1) a. El chico compró un
libro. ALGUIEN[argumento
2] compra ALGO[argumento 2]
b. *Chico
compró libro.
c. Juan es
arquitecto.
Si bien esta distinción
permite captar el comportamiento general de muchos sustantivos, no es
exhaustiva y deja sin explicar otras construcciones. De hecho, en muchos
contextos es posible encontrar sustantivos sin determinante, por lo que vale la
pena detenerse en estos casos para intentar determinar las condiciones que
permiten su ocurrencia. Observemos los siguientes ejemplos.
(2) a. Compré leche/comimos manteca/aparecieron manifestantes/quiero
cuadernos/lo nombraron director/con astucia/entre hermanos.
b. *Compré
mate/*comimos alfajor/*apareció manifestante/*quiero cuaderno/*con chico/*entre
hermano.
Como puede verse la ausencia
de determinantes arroja resultados agramaticales en unos casos (ejemplos de
b.), mientras que en otros esta ausencia no afecta la gramaticalidad de las
construcciones (ejemplos de a.). Estos ejemplos permiten observar, además, comportamientos similares entre los nombres
singulares continuos (también llamados “de masa”, “de materia”, o “no
contables”)[2]
y los plurales, comportamientos que los diferencian claramente de los nombre
contables.[3] Se abordan, en las páginas
siguientes, algunas cuestiones centrales a propósito de este problema.
2. Relación entre los sustantivos
no contables y los plurales
Como ha sido observado en
diferentes oportunidades, los sustantivos no contables comparten muchos
contextos de aparición con los plurales de los sustantivos contables. Se
mencionan a continuación algunos de estos contextos.
A. Los sustantivos no
contables y los contables en plural pueden actuar como argumentos verbales sin
la necesidad de un determinante. Esta propiedad no está presente en los
sustantivos contables en singular, como se observa en (3b).
(3) a. Quiero agua/robó
sal/necesitamos bolsas.
b. *Quiero
libro/*robó auto/*necesitamos bolsa.
Ahora bien, la pregunta que
surge a partir de los datos de (2) es ¿por qué la ausencia de un determinante
arroja resultados gramaticales cuando tenemos un sustantivo no contable o una
forma de plural, pero el resultado es agramatical si tenemos un nombre contable
en singular?
La agramaticalidad de los
casos de (3b) parece explicarse si se considera que los argumentos verbales no
son sintagmas nominales (SSNN), sino sintagmas de determinantes (SSDD). Visto
así, son los SSDD los que pueden funcionar como complementos verbales y es el
determinante (núcleo del SD) el que permite que los sustantivos contables -que
definen clases o especies- pasen a denotar un único individuo. Como mencionamos
anteriormente, deben constituir expresiones referenciales. Manifestación de
esto es la diferencia de significado que arroja el siguiente contraste:
(4) a. Mi secretaria y
colaboradora tuya.
b. Mi
secretaria y tu colaboradora.
En ambos casos, el segundo
coordinado tiene un posesivo, pero en (4b) cada coordinado supone una entidad
individual, mientras que en (4a) se trata de una misma persona. Esta diferencia
podría explicarse si se piensa que “colaboradora tuya”, en (4a), es un SN y por
lo tanto funciona como un predicado; “tu colaboradora”, en cambio, es un SD, y
por ello denota a un individuo único y constituye un argumento.
El hecho de que las oraciones
de (3a) sean gramaticales, obliga a continuar revisando la distribución de los
sustantivos continuos y los sustantivos plurales.
B. Los plurales y los
sustantivos continuos aceptan los mismos cuantificadores comparativos:
(5) a. Menos libros/menos
atún/más aceite.
b. *Menos
libro/*menos silla/*más olla.
Aún más: estos cuantificadores
comparativos (“menos” y “más”), pueden aparecer en contextos que permiten la
omisión del objeto directo como Quiero
más o Servime menos que a Juan.
C. Cuantificadores como un poco y mucho son aceptados por los plurales sin determinante y por los nombres
continuos. Los sustantivos contables en singular, por su parte, los rechazan.
(6) a. Mucha harina/un poco de
azúcar/muchas peras.
b. *Un poco
de silla/*mucha pera.
D. El cuantificador nominal cantidad selecciona como complemento
tanto a los plurales como a los nombres continuos. No selecciona, en cambio,
singulares discontinuos, ya que estos no denotan magnitudes mensurables.
(7) a. Una buena cantidad de
lavandina/una cierta cantidad de libros.
b. *Una
buena cantidad de guitarra/*una cierta cantidad de libro.
E. Los plurales y los nombres continuos
pueden ser seleccionados por cuantificadores nominales como una parte, la mitad o la totalidad, que
no hacen a fragmentos de un objeto. Los sustantivos contables singulares pueden
ser seleccionados por estos mismos cuantificadores, pero la interpretación
necesariamente será fragmentaria, distributiva o no acumulativa.
(8) a. La mitad de los
estudiantes (seguimos teniendo “estudiantes”)
b. Una
parte de la sangre (seguimos teniendo “sangre”)
c. La mitad
del libro (la mitad del libro no es un libro, sino una X cantidad de páginas-i.e,
un fragmento del libro)
d. La mitad
de los libros (es ambigua: por ejemplo, si decimos Leí la mitad de los libros, la primera interpretación es que leí
completos una cantidad de libros que representan la mitad de un total
–interpretación no fragmentaria. Sin embargo, también está disponible la
lectura fragmentaria, que implica que de cada libro disponible, leí la mitad-
i.e., una cantidad X de páginas en cada libro. Compare esta interpretación con
(8a))
F. Ambas construcciones pueden
funcionar como predicados que designan entidades; los singulares discontinuos,
en cambio, no.
(9) a. Esto es azúcar/esto es
verdad/aquellos son perros.
b. *Esto es
cuaderno/*esto es amigo/*aquel es perro.
Esta propiedad muestra que la
ausencia de determinante imposibilita a los sustantivos singulares discontinuos
para funcionar no solo como argumentos verbales, sino también como predicados
en construcciones con verbos copulativos.[4]
G. El sustantivo que aparece
en las palabras compuestas formadas por un verbo y un sustantivo es continuo o
plural: lavaplatos, guardapolvo, lavarropas, abrelatas.
H. Los plurales y los
singulares continuos pueden funcionar como sujetos de ciertos verbos
inacusativos y de pasivas con SE y pasivas perifrásticas. Los sustantivos
discontinuos no pueden aparecer en estos contextos.
(10) a. Entra frío/falta
café/se escriben cartas/fue encontrado oro.
b. *Entra
mesa/*falta cepillo/*se escribe carta/*fue encontrado lápiz.
I. Un comportamiento propio de
los dativos éticos (o del se aspectual)
es que imponen restricciones aspectuales al predicado en el que aparecen. Esto
es, la aparición de este dativo exige que el predicado sea delimitado. Como se observa en (11)
y (12) esta construcción es incompatible con los sustantivos sin
determinante (sean discontinuos plurales o continuos)
(11) a. Juan tomó la
leche/comió el postre/comió los postres.
b. Juan
tomó leche/comió postre/ comió postres.
(12) a. Juan se tomó la
leche/se comió los postres/se comió el postre.
b. *Juan se
tomó leche/*se comió postre/ *se comió postres.
En relación con lo anterior,
obsérvese el comportamiento de los sustantivos contables dentro de predicados
no delimitados (es decir, que suponen una duración).
(13) a. Encontraron petróleo
durante seis meses.
b. *Encontraron
el petróleo durante seis meses.
El contraste presentado
muestra que el artículo definido es el responsable de que todo el evento se
interprete como delimitado. Estas observaciones nos permiten concluir que lo
que tienen en común los sustantivos no contables y los plurales es que carecen
de delimitación, i.e., son [-delimitados].[5]
3. Los sustantivos discontinuos
sin determinación
Como ya se ha mencionado, los
sustantivos discontinuos no pueden actuar como argumentos en ausencia del
determinante. En la mayoría de los casos, tampoco pueden interpretarse como
predicados. Sin embargo, existen contextos excepcionales en los que puede
aparecer un sustantivo contable sin
determinación. A continuación, se enumeran dichos contextos.
A. Como complemento de ciertos
predicados verbales
Los predicados verbales
denominados intensionales permiten
que sus complementos sean sustantivos contables en singular. Estos predicados
se caracterizan por el hecho de que permiten la interpretación en la que su
complemento no sea una entidad existente. Por ejemplo, puede ser verdad que Juan necesita un secretario, sin que
ello implique que el constituyente un
secretario refiera a una entidad existente. Compárese esta oración con Juan saludó a un secretario, donde para
poder decir que “Juan saludó a un
secretario es verdad”, debe existir una entidad existente relacionada a la
expresión referencial un secretario.
Es decir, los verbos
intensionales -como necesitar, buscar, querer, pedir, entre
otros- no suponen la existencia
previa de lo denotado por el argumento interno; de allí que puedan seleccionar
objetos inherentemente inespecíficos.
(14) a. Busco/necesito
secretaria que sepa inglés.
b. Esta
empresa está necesitando/pidiendo ayudante que tenga disponibilidad horaria.
c. *Despedimos/ayudamos/saludamos
secretaria que sepa inglés.
La inespecificidad de los
argumentos internos en (14a) y (14b) se pone en evidencia, además, porque las
oraciones de relativo que lo modifican se construyen con subjuntivo y porque no
encontramos la marca de función a,
que caracteriza a los objetos directos humanos específicos (amar a X; saludar a Y).
Sin embargo, la ocurrencia de
nombres discontinuos en singular puede obedecer a factores pragmáticos, como en
expresiones que apuntan a estereotipos sociales relativos a propiedades
características de personas o cosas. Observen los contrastes de abajo.
(15) a. Juan compró
casa/auto/computadora/*libro/*plato.
b. Juan
tiene auto/perro/novia/*libro/*cocodrilo/*colega.
c. El
edificio tiene antena comunal/ *grieta en la fachada.
Como puede verse en (15), las
diferencias de gramaticalidad no se siguen de las propiedades
semánticas/sintácticas de los nombres involucrados, sino de factores
relacionados con convenciones sociales. El contraste más claro en este sentido
es entre tener perro/gato y *tener cocodrilo/elefante.
Construcciones como lleva sombrero, viste campera de cuero, tiene
lancha, llevaba revólver, son
paradójicas en tanto en cuanto denotan tipos o clases (kinds) y al mismo tiempo parecen ser argumentos de predicados y,
por ello, parecen denotar entidades individuales. Desde un punto de vista
pragmático, se observa que los estereotipos que denotan estos tipos o clases se
asocian con cierta normalidad cultural (de allí que no se pueda restringir la
clase semántica de los sustantivos sin determinante que pueden aparecer en
estos contextos). Desde un punto de vista sintáctico, en cambio, es posible
observar que, mediante estas construcciones, se crean predicados
caracterizadores, que suponen propiedades inherentes y permanentes. Dada las
restricciones de localidad (el verbo y el sustantivo son necesariamente adyacentes)
se podría pensar que el verbo y el sustantivo singular complemento forman una
especie de compuesto. En favor de esta hipótesis, está el hecho de que no puede
aparecer otro constituyente entre el verbo y el nombre sin determinante, las
posibilidades de modificación del nombre están muy restringidas (o son nulas) y
la imposibilidad de que el nombre forme parte del constituyente focalizado en
construcciones hendidas (pruebas de constituyentes).
(15) a. Juan compró ayer una
casa.
b. *Juan
compró ayer casa.
(16) a. Juan compró un auto
cero kilómetro.
b. *Juan
compró auto cero kilómetro.
B. La coordinación
La coordinación es otro
contexto que permite, en ciertos casos, que los nombres contables en singular ocurran
sin determinante.
(17) a. Madre e hijo
salieron corriendo del lugar.
b. Juan y
Pedro son unidos como polvo y camino.
c. Maestra
y alumno guardaron el secreto por años.
Sin embargo, no puede decirse
que la coordinación salve la construcción cuando la presencia del nombre
contable en singular arroja un resultado agramatical.
(18) a. *Juan tiene cocodrilo.
b. *Juan
tiene cocodrilo y elefante.
C. La negación
Considérense los siguientes
ejemplos:
(19) a. No encuentro
departamento de mi agrado.
b. No lee
libro que no sea de historia.
c. *Encuentro
departamento de mi agrado/*Lee libro que no sea de historia.
d. Lo hizo
sin queja/sin reclamo.
D. Como término de preposición
Como ya se observó a propósito
de los predicados verbales, los sustantivos discontinuos sin determinante no
pueden ser argumentales. Esto supone que no son esperables como términos de
preposición y, de hecho, es lo que ocurre en la mayoría de los casos (*Ayer almorcé
con esposa). Sin embargo, al igual que con los verbos, hay excepciones.
Ciertos complementos preposicionales (como los instrumentales, causales,
locativos y temporales) se construyen con una preposición y un sustantivo
discontinuo sin determinante: con cuchara,
con lapicera, por bala, por costumbre, en biblioteca, en dirección, en invierno.
Cuando falta el artículo, el nombre no introduce un referente discursivo, sino
que toda la construcción preposicional se interpreta como adjunto de manera: viajar en coche; jugar en campo rival; reunirse
en comisión; comer con cuchillo y
tenedor; escribir a mano, etc.
Asimismo, es posible encontrar
construcciones preposicionales estereotipadas, principalmente en las
referencias a lugares. Nuevamente, los factores que intervienen no son
estrictamente sintácticos o semánticos, sino que están en el ámbito de la
pragmática. De esta manera, podemos decir ir
a misa; estar en prisión; asistir a clase, pero no *ir a festejo; *estar en barrio; *asistir a
recital.
4. La noción de especificidad
A lo largo de estas páginas
hemos hecho referencia a la noción de especificidad y hemos señalado que muchos
de los contextos que admiten nombres sin determinante se caracterizan por ser
inespecíficos. La noción de especificidad refiere a la posibilidad asociar una
descripción definida a un referente particular. Así, por ejemplo, el SD “el
ganador del concurso”, es una expresión definida, pero solo en la oración de (20a)
podemos decir que se asocia a un referente particular, mientras que en (20b) el
referente aún no existe y podría, de hecho, no existir nunca.
(20) a. El ganador del
concurso ganó un viaje a Australia. [específico]
b. El
ganador del concurso ganará un viaje a Australia. [inespecífico]
Los predicados que nombramos
anteriormente como intensionales
pueden tener complementos tanto específicos como inespecíficos, ya que no
obligan a interpretar a su argumento interno como una entidad existente. Si no
aparecen marcas gramaticales que permitan desambiguar la construcción, suelen
dar lugar a oraciones ambiguas.
(21) a. Juan necesita un departamento. [puede ser un departamento
particular -interpretación específica-, o uno cualquiera –interpretación
inespecífica]
b. Juan
necesita departamento [solo puede interpretarse de manera inespecífica]
c. Juan
necesita el departamento de la calle Italia [solo interpretación específica]
Hay otros factores que
determinan la (in)especificidad de una construcción nominal. Mencionamos a
continuación algunos de los más claros.
A. La presencia de ciertos
cuantificadores y determinantes que inducen la lectura inespecífica.
(22) a. Un/cualquier/todo
amigo te ayudaría.
b. Ningún
amigo te deja en banda./ No vino amigo alguno.
B. El modo (indicativo o
subjuntivo) de las oraciones relativas
(23) a. Contrataremos al
aspirante que sabe más idiomas.
[específica]
b.
Contrataremos al aspirante que sepa
más idiomas [inespecífica]
C. La presencia de
modificadores que recortan la extensión de un grupo dan lugar a la lectura
específica.
(24) a. Voy a visitar a un
vecino italiano muy amable. [lectura específica]
b. Voy a
visitar a un vecino. [puede entenderse también como “cualquier vecino”- lectura
inespecífica]
D. Empleo de ciertos tiempos y
modos verbales.[6]
Futuro: Alquilaremos un
departamento.
Condicional: Dijo que
prepararía un trago.
Subjuntivo en oraciones
temporales: Cuando tengas un problema, llamame.
Referencias
Bosque, I. (1996) “Por qué determinados sustantivos no son
sustantivos determinados. Repaso y balance”, en Bosque, I. (ed.) El sustantivo sin determinación. La ausencia
de determinante en la lengua española. Madrid: Visor libros, 13- 120.
Real Academia Española (2010) Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros.
[1]
Ficha de cátedra realizada a partir del artículo “Por qué determinados
sustantivos no son sustantivos determinados. Repaso y balance” de Ignacio
Bosque (1996) y del capítulo 15 del Manual
de la Nueva Gramática
de la lengua española.
[2]
Empleamos en estas páginas los términos continuo,
no contable y de masa de forma sinonímica. Para los sustantivos contables, utilizamos también el término discontinuo.
[3]
Los sustantivos sin determinante son llamados también “escuetos” (Bosque 1996,
entre muchos otros). Así, se habla de plurales escuetos y singulares escuetos,
para referir a casos como Juan compró
libros (OD plural sin determinante); Juan
compró leche (OD sustantivo no contable sin determinante); Juan compró casa (OD sustantivo contable
sin determinante).
[4]
Como se mencionó anteriormente, los sustantivos sin determinante pueden ser
predicados cuando designan tipos o clases, fundamentalmente, cuando designan
cargos, oficios o profesiones (Juan es
médico/Juan es trabajador metalúrgico/Nombraron
a Ana legisladora). En estos casos, predican sobre entidades humanas (*Esto es médico/trabajador metalúrgico).
[5] La
noción de delimitación se relaciona con lo que se denomina “aspecto léxico”, tema
que abordaremos en la segunda unidad del programa.
[6] Profundizaremos sobre este tema en la
unidad 2.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario