viernes, 11 de septiembre de 2015

Ficha de cátedra: El sustantivo sin determinación

Hola a todos.
Esta ficha de cátedra aborda algunas de las diferencias entre nombres contables y de masa que estuvimos trabajando esta semana.
Saludos.
José



UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
FACULTAD DE LENGUAS
PROFESORADO Y TRADUCTORADO EN IDIOMA INGLÉS
CÁTEDRAS: Gramática española, Gramática española I, Gramática española II

Ficha de cátedra: El sustantivo sin determinación[1]

1. Presentación del problema

Como hemos discutido en otras oportunidades, para que el sustantivo común pueda funcionar como argumento de un predicado es necesario que sea parte de una expresión referencial, es decir, que pueda denotar una entidad. Para ello, la presencia de determinantes es fundamental (1a), de lo contrario, podemos tener un resultado agramatical (1b). Los sustantivos sin determinantes pueden funcionar como predicados -fundamentalmente los que denotan tipos o clases (1c). Así se explican las diferencias con respecto a la gramaticalidad en las oraciones de (1).

(1) a. El chico compró un libro. ALGUIEN[argumento 2] compra ALGO[argumento 2]
b. *Chico compró libro.
c. Juan es arquitecto.

Si bien esta distinción permite captar el comportamiento general de muchos sustantivos, no es exhaustiva y deja sin explicar otras construcciones. De hecho, en muchos contextos es posible encontrar sustantivos sin determinante, por lo que vale la pena detenerse en estos casos para intentar determinar las condiciones que permiten su ocurrencia. Observemos los siguientes ejemplos.

(2) a. Compré leche/comimos manteca/aparecieron manifestantes/quiero cuadernos/lo nombraron director/con astucia/entre hermanos.
b. *Compré mate/*comimos alfajor/*apareció manifestante/*quiero cuaderno/*con chico/*entre hermano.

Como puede verse la ausencia de determinantes arroja resultados agramaticales en unos casos (ejemplos de b.), mientras que en otros esta ausencia no afecta la gramaticalidad de las construcciones (ejemplos de a.). Estos ejemplos permiten observar, además,  comportamientos similares entre los nombres singulares continuos (también llamados “de masa”, “de materia”, o “no contables”)[2] y los plurales, comportamientos que los diferencian claramente de los nombre contables.[3] Se abordan, en las páginas siguientes, algunas cuestiones centrales a propósito de este problema.



2. Relación entre los sustantivos no contables  y los plurales

Como ha sido observado en diferentes oportunidades, los sustantivos no contables comparten muchos contextos de aparición con los plurales de los sustantivos contables. Se mencionan a continuación algunos de estos contextos.

A. Los sustantivos no contables y los contables en plural pueden actuar como argumentos verbales sin la necesidad de un determinante. Esta propiedad no está presente en los sustantivos contables en singular, como se observa en (3b).

(3) a. Quiero agua/robó sal/necesitamos bolsas.
b. *Quiero libro/*robó auto/*necesitamos bolsa.

Ahora bien, la pregunta que surge a partir de los datos de (2) es ¿por qué la ausencia de un determinante arroja resultados gramaticales cuando tenemos un sustantivo no contable o una forma de plural, pero el resultado es agramatical si tenemos un nombre contable en singular?
La agramaticalidad de los casos de (3b) parece explicarse si se considera que los argumentos verbales no son sintagmas nominales (SSNN), sino sintagmas de determinantes (SSDD). Visto así, son los SSDD los que pueden funcionar como complementos verbales y es el determinante (núcleo del SD) el que permite que los sustantivos contables -que definen clases o especies- pasen a denotar un único individuo. Como mencionamos anteriormente, deben constituir expresiones referenciales. Manifestación de esto es la diferencia de significado que arroja el siguiente contraste:

(4) a. Mi secretaria y colaboradora tuya.
b. Mi secretaria y tu colaboradora.

En ambos casos, el segundo coordinado tiene un posesivo, pero en (4b) cada coordinado supone una entidad individual, mientras que en (4a) se trata de una misma persona. Esta diferencia podría explicarse si se piensa que “colaboradora tuya”, en (4a), es un SN y por lo tanto funciona como un predicado; “tu colaboradora”, en cambio, es un SD, y por ello denota a un individuo único y constituye un argumento.

El hecho de que las oraciones de (3a) sean gramaticales, obliga a continuar revisando la distribución de los sustantivos continuos y los sustantivos plurales.

B. Los plurales y los sustantivos continuos aceptan los mismos cuantificadores comparativos:

(5) a. Menos libros/menos atún/más aceite.
b. *Menos libro/*menos silla/*más olla.

Aún más: estos cuantificadores comparativos (“menos” y “más”), pueden aparecer en contextos que permiten la omisión del objeto directo como Quiero más o Servime menos que a Juan.

C. Cuantificadores como un poco y mucho son aceptados por los plurales sin determinante y por los nombres continuos. Los sustantivos contables en singular, por su parte, los rechazan.

(6) a. Mucha harina/un poco de azúcar/muchas peras.
b. *Un poco de silla/*mucha pera.

D. El cuantificador nominal cantidad selecciona como complemento tanto a los plurales como a los nombres continuos. No selecciona, en cambio, singulares discontinuos, ya que estos no denotan magnitudes mensurables.

(7) a. Una buena cantidad de lavandina/una cierta cantidad de libros.
b. *Una buena cantidad de guitarra/*una cierta cantidad de libro.

E. Los plurales y los nombres continuos pueden ser seleccionados por cuantificadores nominales como una parte, la mitad o la totalidad, que no hacen a fragmentos de un objeto. Los sustantivos contables singulares pueden ser seleccionados por estos mismos cuantificadores, pero la interpretación necesariamente será fragmentaria, distributiva o no acumulativa.

(8) a. La mitad de los estudiantes (seguimos teniendo “estudiantes”)
b. Una parte de la sangre (seguimos teniendo “sangre”)
c. La mitad del libro (la mitad del libro no es un libro, sino una X cantidad de páginas-i.e, un fragmento del libro)
d. La mitad de los libros (es ambigua: por ejemplo, si decimos Leí la mitad de los libros, la primera interpretación es que leí completos una cantidad de libros que representan la mitad de un total –interpretación no fragmentaria. Sin embargo, también está disponible la lectura fragmentaria, que implica que de cada libro disponible, leí la mitad- i.e., una cantidad X de páginas en cada libro. Compare esta interpretación con (8a))

F. Ambas construcciones pueden funcionar como predicados que designan entidades; los singulares discontinuos, en cambio, no.

(9) a. Esto es azúcar/esto es verdad/aquellos son perros.
b. *Esto es cuaderno/*esto es amigo/*aquel es perro.

Esta propiedad muestra que la ausencia de determinante imposibilita a los sustantivos singulares discontinuos para funcionar no solo como argumentos verbales, sino también como predicados en construcciones con verbos copulativos.[4]

G. El sustantivo que aparece en las palabras compuestas formadas por un verbo y un sustantivo es continuo o plural: lavaplatos, guardapolvo, lavarropas, abrelatas.

H. Los plurales y los singulares continuos pueden funcionar como sujetos de ciertos verbos inacusativos y de pasivas con SE y pasivas perifrásticas. Los sustantivos discontinuos no pueden aparecer en estos contextos.


(10) a. Entra frío/falta café/se escriben cartas/fue encontrado oro.
b. *Entra mesa/*falta cepillo/*se escribe carta/*fue encontrado lápiz.

I. Un comportamiento propio de los dativos éticos (o del se aspectual) es que imponen restricciones aspectuales al predicado en el que aparecen. Esto es, la aparición de este dativo exige que el predicado sea delimitado. Como se observa en (11)  y (12) esta construcción es incompatible con los sustantivos sin determinante (sean discontinuos plurales o continuos)

(11) a. Juan tomó la leche/comió el postre/comió los postres.
b. Juan tomó leche/comió postre/ comió postres.

(12) a. Juan se tomó la leche/se comió los postres/se comió el postre.
b. *Juan se tomó leche/*se comió postre/ *se comió postres.

En relación con lo anterior, obsérvese el comportamiento de los sustantivos contables dentro de predicados no delimitados (es decir, que suponen una duración).

(13) a. Encontraron petróleo durante seis meses.
b. *Encontraron el petróleo durante seis meses.

El contraste presentado muestra que el artículo definido es el responsable de que todo el evento se interprete como delimitado. Estas observaciones nos permiten concluir que lo que tienen en común los sustantivos no contables y los plurales es que carecen de delimitación, i.e., son [-delimitados].[5]

3. Los sustantivos discontinuos sin determinación

Como ya se ha mencionado, los sustantivos discontinuos no pueden actuar como argumentos en ausencia del determinante. En la mayoría de los casos, tampoco pueden interpretarse como predicados. Sin embargo, existen contextos excepcionales en los que puede aparecer un sustantivo contable sin determinación. A continuación, se enumeran dichos contextos.

A. Como complemento de ciertos predicados verbales

Los predicados verbales denominados intensionales permiten que sus complementos sean sustantivos contables en singular. Estos predicados se caracterizan por el hecho de que permiten la interpretación en la que su complemento no sea una entidad existente. Por ejemplo, puede ser verdad que Juan necesita un secretario, sin que ello implique que el constituyente un secretario refiera a una entidad existente. Compárese esta oración con Juan saludó a un secretario, donde para poder decir que “Juan saludó a un secretario es verdad”, debe existir una entidad existente relacionada a la expresión referencial un secretario.
Es decir, los verbos intensionales -como necesitar, buscar, querer, pedir, entre otros- no suponen la existencia previa de lo denotado por el argumento interno; de allí que puedan seleccionar objetos inherentemente inespecíficos.

(14) a. Busco/necesito secretaria que sepa inglés.
b. Esta empresa está necesitando/pidiendo ayudante que tenga disponibilidad horaria.
c. *Despedimos/ayudamos/saludamos secretaria que sepa inglés.

La inespecificidad de los argumentos internos en (14a) y (14b) se pone en evidencia, además, porque las oraciones de relativo que lo modifican se construyen con subjuntivo y porque no encontramos la marca de función a, que caracteriza a los objetos directos humanos específicos (amar a X; saludar a Y).
Sin embargo, la ocurrencia de nombres discontinuos en singular puede obedecer a factores pragmáticos, como en expresiones que apuntan a estereotipos sociales relativos a propiedades características de personas o cosas. Observen los contrastes de abajo.

(15) a. Juan compró casa/auto/computadora/*libro/*plato.
b. Juan tiene auto/perro/novia/*libro/*cocodrilo/*colega.
c. El edificio tiene antena comunal/ *grieta en la fachada.

Como puede verse en (15), las diferencias de gramaticalidad no se siguen de las propiedades semánticas/sintácticas de los nombres involucrados, sino de factores relacionados con convenciones sociales. El contraste más claro en este sentido es entre tener perro/gato y *tener cocodrilo/elefante.

Construcciones como lleva sombrero, viste campera de cuero, tiene lancha, llevaba revólver, son paradójicas en tanto en cuanto denotan tipos o clases (kinds) y al mismo tiempo parecen ser argumentos de predicados y, por ello, parecen denotar entidades individuales. Desde un punto de vista pragmático, se observa que los estereotipos que denotan estos tipos o clases se asocian con cierta normalidad cultural (de allí que no se pueda restringir la clase semántica de los sustantivos sin determinante que pueden aparecer en estos contextos). Desde un punto de vista sintáctico, en cambio, es posible observar que, mediante estas construcciones, se crean predicados caracterizadores, que suponen propiedades inherentes y permanentes. Dada las restricciones de localidad (el verbo y el sustantivo son necesariamente adyacentes) se podría pensar que el verbo y el sustantivo singular complemento forman una especie de compuesto. En favor de esta hipótesis, está el hecho de que no puede aparecer otro constituyente entre el verbo y el nombre sin determinante, las posibilidades de modificación del nombre están muy restringidas (o son nulas) y la imposibilidad de que el nombre forme parte del constituyente focalizado en construcciones hendidas (pruebas de constituyentes).

(15) a. Juan compró ayer una casa.
b. *Juan compró ayer casa.

(16) a. Juan compró un auto cero kilómetro.
b. *Juan compró auto cero kilómetro.

B. La coordinación

La coordinación es otro contexto que permite, en ciertos casos, que los nombres contables en singular ocurran sin determinante.

(17) a. Madre e hijo salieron corriendo del lugar.
b. Juan y Pedro son unidos como polvo y camino.
c. Maestra y alumno guardaron el secreto por años.

Sin embargo, no puede decirse que la coordinación salve la construcción cuando la presencia del nombre contable en singular arroja un resultado agramatical.

(18) a. *Juan tiene cocodrilo.
b. *Juan tiene cocodrilo y elefante.

C. La negación

Considérense los siguientes ejemplos:

(19) a. No encuentro departamento de mi agrado.
b. No lee libro que no sea de historia.
c. *Encuentro departamento de mi agrado/*Lee libro que no sea de historia.
d. Lo hizo sin queja/sin reclamo.

D. Como término de preposición

Como ya se observó a propósito de los predicados verbales, los sustantivos discontinuos sin determinante no pueden ser argumentales. Esto supone que no son esperables como términos de preposición y, de hecho, es lo que ocurre en la mayoría de los casos (*Ayer almorcé con esposa). Sin embargo, al igual que con los verbos, hay excepciones. Ciertos complementos preposicionales (como los instrumentales, causales, locativos y temporales) se construyen con una preposición y un sustantivo discontinuo sin determinante: con cuchara, con lapicera, por bala, por costumbre, en biblioteca, en dirección, en invierno. Cuando falta el artículo, el nombre no introduce un referente discursivo, sino que toda la construcción preposicional se interpreta como adjunto de manera: viajar en coche; jugar en campo rival; reunirse en comisión; comer con cuchillo y tenedor; escribir a mano, etc.
Asimismo, es posible encontrar construcciones preposicionales estereotipadas, principalmente en las referencias a lugares. Nuevamente, los factores que intervienen no son estrictamente sintácticos o semánticos, sino que están en el ámbito de la pragmática. De esta manera, podemos decir ir a misa; estar en prisión; asistir a clase, pero no *ir a festejo; *estar en barrio; *asistir a recital.

4. La noción de especificidad
A lo largo de estas páginas hemos hecho referencia a la noción de especificidad y hemos señalado que muchos de los contextos que admiten nombres sin determinante se caracterizan por ser inespecíficos. La noción de especificidad refiere a la posibilidad asociar una descripción definida a un referente particular. Así, por ejemplo, el SD “el ganador del concurso”, es una expresión definida, pero solo en la oración de (20a) podemos decir que se asocia a un referente particular, mientras que en (20b) el referente aún no existe y podría, de hecho, no existir nunca.

(20) a. El ganador del concurso ganó un viaje a Australia. [específico]
b. El ganador del concurso ganará un viaje a Australia. [inespecífico]

Los predicados que nombramos anteriormente como intensionales pueden tener complementos tanto específicos como inespecíficos, ya que no obligan a interpretar a su argumento interno como una entidad existente. Si no aparecen marcas gramaticales que permitan desambiguar la construcción, suelen dar lugar a oraciones ambiguas.

(21) a. Juan necesita un departamento. [puede ser un departamento particular -interpretación específica-, o uno cualquiera –interpretación inespecífica]
b. Juan necesita departamento [solo puede interpretarse de manera inespecífica]
c. Juan necesita el departamento de la calle Italia [solo interpretación específica]

Hay otros factores que determinan la (in)especificidad de una construcción nominal. Mencionamos a continuación algunos de los más claros.

A. La presencia de ciertos cuantificadores y determinantes que inducen la lectura inespecífica.

(22) a. Un/cualquier/todo amigo te ayudaría.
b. Ningún amigo te deja en banda./ No vino amigo alguno.

B. El modo (indicativo o subjuntivo) de las oraciones relativas

(23) a. Contrataremos al aspirante que sabe más idiomas. [específica]
b. Contrataremos al aspirante que sepa más idiomas [inespecífica]

C. La presencia de modificadores que recortan la extensión de un grupo dan lugar a la lectura específica.

(24) a. Voy a visitar a un vecino italiano muy amable. [lectura específica]
b. Voy a visitar a un vecino. [puede entenderse también como “cualquier vecino”- lectura inespecífica]

D. Empleo de ciertos tiempos y modos verbales.[6]
Futuro: Alquilaremos un departamento.
Condicional: Dijo que prepararía un trago.
Subjuntivo en oraciones temporales: Cuando tengas un problema, llamame.

Referencias
Bosque, I. (1996) “Por qué determinados sustantivos no son sustantivos determinados. Repaso y balance”, en Bosque, I. (ed.) El sustantivo sin determinación. La ausencia de determinante en la lengua española. Madrid: Visor libros, 13- 120.
Real Academia Española (2010) Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros.




[1] Ficha de cátedra realizada a partir del artículo “Por qué determinados sustantivos no son sustantivos determinados. Repaso y balance” de Ignacio Bosque (1996) y del capítulo 15 del Manual de la Nueva Gramática de la lengua española.
[2] Empleamos en estas páginas los términos continuo, no contable y de masa de forma sinonímica. Para los sustantivos contables, utilizamos también el término discontinuo.
[3] Los sustantivos sin determinante son llamados también “escuetos” (Bosque 1996, entre muchos otros). Así, se habla de plurales escuetos y singulares escuetos, para referir a casos como Juan compró libros (OD plural sin determinante); Juan compró leche (OD sustantivo no contable sin determinante); Juan compró casa (OD sustantivo contable sin determinante).
[4] Como se mencionó anteriormente, los sustantivos sin determinante pueden ser predicados cuando designan tipos o clases, fundamentalmente, cuando designan cargos, oficios o profesiones (Juan es médico/Juan es trabajador metalúrgico/Nombraron a Ana legisladora). En estos casos, predican sobre entidades humanas (*Esto es médico/trabajador metalúrgico).
[5] La noción de delimitación se relaciona con lo que se denomina “aspecto léxico”, tema que abordaremos en la segunda unidad del programa.
[6] Profundizaremos sobre este tema en la unidad 2.

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