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Les aviso que EL PRÓXIMO JUEVES NO VA A HABER CLASE PRÁCTICA. El miércoles, María va a dar el teórico con normalidad.
¡Saludos y buen finde!
jueves, 23 de octubre de 2014
Ficha de cátedra: El aspecto léxico
UNIVERSIDAD
NACIONAL DEL COMAHUE
FACULTAD DE
LENGUAS
PROFESORADO Y
TRADUCTORADO EN IDIOMA INGLÉS
CÁTEDRAS:
Gramática española, Gramática española I, Gramática española II
AÑO 2014
Ficha de cátedra: El aspecto léxico
1. Presentación del problema
Es un hecho bien sabido que
los verbos en español codifican, en su estructura morfológica, información
sobre la temporalidad del evento. Esto es, el verbo refleja y presupone la
noción de tiempo, y organiza los eventos a partir del momento de habla. Ahora
bien, distintos autores han notado que, de manera simultánea aunque
independientemente de la categoría gramatical tiempo, los predicados codifican también el esquema temporal
interno del evento. A esta información se la conoce como aspecto.
Considérense los siguientes
ejemplos. A la pregunta “¿Qué estás haciendo?” es posible responder (1a y b),
pero no (1c):
(1) a. Estoy cocinando una pizza.
b. Estoy estudiando los temas para el examen de mañana.
c. */?? Estoy sabiendo una canción.
La perífrasis estar + gerundio enfoca la progresión
del evento en cuestión. Ahora bien, como se desprende de los ejemplos de
(1), no es posible hacer foco en la
progresión de cualquier evento. Cocinar,
estudiar y saber son verbos
transitivos; los tres ocurren con un OD delimitado. De allí es posible pensar
que la imposibilidad de (1c) no se relaciona con su estructura sintáctica, sino
más bien con algún tipo de información de este predicado que sea incompatible
con la información que aporta la perífrasis estar
+ gerundio. En efecto, si se observan con atención los eventos cocinar, estudiar y saber es
posible notar diferencias sustanciales. El evento denotado por cocinar, en un predicado como cocinar una pizza, tiende a un fin y la
consecución acabada del evento se logra una vez que la pizza está cocinada. Lo
mismo cabe decir de estudiar los temas
para el examen: el evento tiene un
punto final (a saber, el momento en que los temas están estudiados en su
totalidad) y su desarrollo temporal interno tiende hacia él. No ocurre lo mismo
con saber: no hay un fin, un telos, que culmine el evento. Saber algo
es mantenerse, sin modificaciones en el tiempo, en un estado determinado.
Si se observan los datos de
(1) a la luz de lo anterior, se deduce que la perífrasis estar + gerundio es compatible con eventos que progresan, que
avanzan hacia un límite, y que, por lo tanto, pueden descomponerse en fases
(inicial, intermedia y final). Los eventos estativos como saber una canción, en cambio, no pueden descomponerse en fases ni
progresan hacia un fin. De allí su incompatibilidad con la perífrasis
progresiva.[1]
Datos como los de (1) conducen
en dirección a postular la noción de aspecto.
“El término ‘aspecto’ se ha usado normalmente para aludir a la información (o
conjunto de informaciones) que un predicado proporciona sobre la manera en que
se desarrolla y distribuye un evento en el tiempo” (De Miguel, 1999: 2980). Las
formas en que se manifiesta esa información formalmente son de naturaleza
diversa.
2. Consideraciones generales sobre el aspecto léxico
El término ‘aspecto’ es poco
preciso en la literatura especializada. Esta falta precisión se agudiza aún más
si se consideran los distintos términos que hacen referencia a los modos en que
se manifiesta la aspectualidad en la gramática. Es por ello que vale la pena
distinguir y delimitar el uso de los
conceptos ‘aspecto flexivo’ y ‘aspecto léxico’.
El aspecto flexivo es la
información acerca de la temporalidad interna del propio evento dada por los
morfemas flexivos del verbo. En español, el aspecto flexivo se manifiesta con
claridad en pares como los de (2) y (3).
(2) a. Juan llegaba a las 6am al trabajo (i.e., llegó a esa hora todos los días durante un período
impreciso de tiempo)
b. Juan llegó a las 6am al trabajo (i.e., llegó una sola vez a esa hora)
(3) a. Santiago preparaba un guiso (y lo sigue haciendo).
b. Santiago preparó un guiso (*/??y lo sigue haciendo).
El tiempo de los ejemplos (2a)
y (3a) es pretérito imperfecto, y supone que los eventos no están delimitados.
Si bien en (2a) el verbo denota un evento puntual, delimitado, el imperfecto
fuerza una lectura iterativa o frecuentativa y es esa iteración del evento llegar la que carece de un límite
temporal. En 3a, por su parte, el imperfecto denota un evento que ocurrió en un
intervalo de tiempo anterior al momento de habla, pero no se indica ni el
inicio ni el final (de allí la posibilidad de continuar la oración con y lo sigue haciendo. En (2b) y (3b), en
cambio, los eventos están presentados de manera delimitada, acabada en el
pasado, por lo que no se puede interpretar que se extiendan hasta el momento de
habla.
Por otro lado, el aspecto
léxico[2]
refiere el modo en que tiene lugar cualquier tipo de evento. Da cuenta, además,
de que la información aspectual no es proporcionada únicamente por verbos: la
aspectualidad es una categoría semántica que se manifiesta en predicados de
distinta naturaleza (nominales, adjetivales, preposicionales) y que resulta no
de la información contenida en un ítem léxico, sino que tiene lugar de manera
composicional. Así, el aspecto léxico es una noción transcategorial y
composicional, por lo que constituye un fenómeno a la vez semántico y
sintáctico.
Respecto de la
transcategorialidad, como se observa en los siguientes ejemplos, las mismas
categorías aspectuales sirven para establecer clases tanto de predicados como
de sustantivos.
(4) a. La luz relampagueó.
b. Perro.
(5) a. Juan duerme.
b. Agua.
En (4a), el predicado relampaguear es un evento delimitado
(porque tiene un fin inherente, es un destello que comienza y termina casi
simultáneamente) y está compuesto por una única entidad (para que tenga lugar
el evento relampaguear basta con que
ocurra una única vez). Ahora bien, si se observa con atención, lo mismo cabe
decir para perro: es una entidad
delimitada (es posible demarcar sus contornos) y, al igual que relampaguear, es una entidad única (para
que tenga lugar la entidad perro es
suficiente que haya un perro). Además, tanto en (4a) como en (4b) no es posible
dividir el evento o la entidad en partes menores y seguir teniendo el mismo
evento o la misma entidad (i.e., la
mitad de un perro no es un perro). Esto sí es posible, en cambio, en los casos
de (5): si se fracciona el tiempo durante el cual se desarrolla el evento Juan duerme, en todos los fragmentos
resultantes, Juan está durmiendo, y
si se fracciona el agua, las cantidades menores resultantes serán también agua.
A los sustantivos como perro se los denomina sustantivos discontinuos o contables; a los del tipo de agua se los denomina sustantivos continuos, incontables o de masa. Esta
clasificación, podría pensarse, es de naturaleza aspectual.
Los adjetivos también están
sujetos a restricciones aspectuales. Piénsese, por ejemplo, en la diferencia
que se establece entre (6a) y (6b):
(6) a. Ese caballo es purasangre.
b. *Ese caballo es enfermo.
Tanto purasangre como enfermo son
adjetivos, pero, como se observa, no se comportan de la misma manera. La razón
de la agramaticalidad en este caso radica en una cuestión aspectual: la cópula ser solo se combina con adjetivos
imperfectivos, es decir, con adjetivos que supongan una propiedad inherente del
sujeto independientemente del evento de que se trate. En cambio, adjetivos como
lleno, limpio, junto, seco, electo, etc., son
perfectivos -es decir, denotan un estado final alcanzado. De allí que no se
combinen con la cópula es pero sí lo
hagan con estar, que se diferencia de
ser por requerir un predicativo
subjetivo obligatorio (PSO) perfectivo:
(7) El caballo está lleno, sucio, limpio, seco, etc.
La perfectividad de estos
adjetivos se puede observar en la posibilidad que tienen de combinarse con
adverbios como completamente, del todo, posibilidad que los adjetivos
imperfectivos como purasangre no
tienen.
(8) a. El caballo de Juan está completamente sucio.
b. *El caballo de Juan es/está completamente purasangre.
La explicación que aduce la
bibliografía para esta diferencia en cuanto al comportamiento de los adjetivos
de perfectivos e imperfectivos (Bosque, 1990) es que los primeros derivan,
mediante un proceso morfológico, de participios perfectos pasivos
(llenado>lleno, limpiado>limpio, secado>seco, elegido>electo) por
lo que heredarían de estos su carácter perfectivo.
Como ya se mencionó, el
aspecto léxico es composicional. Esta característica permite pensar el aspecto
como una noción que está más allá de la significación intrínseca de los verbos
y habilita la posibilidad de entender el aspecto léxico como un fenómeno
semántico y sintáctico al mismo tiempo.
La naturaleza composicional
del aspecto se aprecia con claridad, por ejemplo, cuando el aspecto del
predicado se define a partir de la naturaleza del complemento directo.
Obsérvense las siguientes oraciones.
(9) a. Mi vecino está arreglando sillas (*a las 14:45hs).
b. Mi vecino está arreglando dos sillas (*todos los días).
Como se observa, los
predicados con el verbo arreglar cambian
su naturaleza aspectual según si el complemento es delimitado o no. Así, dos sillas es delimitado, por lo que
puede combinarse con adjuntos temporales que señalen un punto determinado en el
tiempo: arreglar dos sillas antes de las
14:45hs, pero no con adjuntos que impliquen duración o habitualidad, como
se observa en (9b). Por el contrario, si el complemento de arreglar no está delimitado, todo el predicado carece de delimitación,
como se observa en (9a). (Este comportamiento con un nombre plural sin
determinante se repite cuando el nombre es de masa. Véase la Ficha de cátedra
sobre nombres desnudos). Estos comportamientos muestran que la delimitación o
no del nombre que actúe como complemento del verbo es fundamental para
determinar el aspecto de un predicado.
El llamado se aspectual también es otro ejemplo de
la naturaleza composicional del aspecto léxico. Según distintos autores
(Bosque&Gutiérrez-Rexach, 2009; De Miguel, 1999; RAE, 2009, entre muchos
otros), la aparición de este tipo de se se
halla en estrecha relación con un complemento directo delimitado. Así:
(10) a. ¿Quién se ha comido la torta que quedó en la heladera?
b. ¿Quién se ha comido las tortas que quedaron en la
heladera?
c. *¿Quién se ha comido tortas/queso?
Como se observa en (10c), la
ocurrencia de un se aspectual en una
oración que contenga un complemento no delimitado, ya sean nombres contables en
plural sin determinación (tortas, pizzas) o nombres no contables (carne, queso), arroja resultados agramaticales. Otra vez, no es posible
determinar, a la luz de datos como los de (9) o (10), las características
aspectuales de un predicado como comer
sin tener en cuenta el contexto sintáctico en el que se inserta.
Otro de los elementos que
influyen en la interpretación aspectual del predicado es el adjunto. En
ocasiones, es el adverbio que modifica el predicado lo que fuerza una
determinada lectura aspectual. Un evento delimitado, como el de (11a), puede perder
su delimitación si el modificador supone una extensión del evento durante un
período de tiempo, como se observa en (11b):
(11) a. Tropecé con esa piedra.
b. Tropecé con esa piedra durante meses.
En efecto, si el predicado tropezar con esa piedra es delimitado y
puntual, tropezar con esa piedra todos
los días supone una iteración no delimitada del subevento, delimitado y
puntual, tropezar con esa piedra.
Lo propio cabe decir de las
perífrasis verbales aspectuales. En español existe una alta productividad de
construcciones perifrásticas con valor aspectual que determinan el valor
aspectual del evento, como en (12).
(12) a. El invitado saludó a su anfitrión.
b. El invitado anda saludando a sus anfitriones.
(12a) es un evento delimitado,
puntual. De allí que sea posible sostener que el valor aspectual progresivo o
continuativo de (12b) está dado por la perífrasis andar + gerundio.
3. Clases aspectuales de predicados.
En las páginas anteriores se
han utilizado, de manera un tanto imprecisa, los términos delimitado, puntual, estados, entre otros, con el propósito
de caracterizar el aspecto de los predicados. En lo que sigue se intentará
darle precisión a estos términos para luego establecer clases de predicados
según su aspecto léxico.
Un predicado es télico (del griego telos, ‘fin’) o delimitado[3] cuando tiene, de manera inherente, un punto final luego del cual
el evento ya no tiene lugar. Así, hacer
un té culmina cuando el té está efectivamente realizado, mientras que respirar no presenta un límite o punto
final inherente.
A su vez, los predicados
pueden ser o bien durativos o bien puntuales o no durativos. Los primeros ocupan un intervalo temporal, mientras
que los segundos no: son instantáneos o momentáneos. Gráficamente, un predicado
como coleccionar monedas puede
representarse del siguiente modo, con
símbolos que indiquen el transcurso del tiempo:
>>>>>>>>, mientras que los predicados que carecen de
estructura temporal, como darse cuenta,
pueden ser representados por medio de un punto, ·.
Otra característica que define
el aspecto léxico de los predicados es si sufren algún cambio o no mientras
tienen lugar. En este sentido, un evento se define como dinámico si sufre
cambios internos en su desarrollo temporal. Por el contrario, si el evento no
sufre ni experimenta ningún cambio en su desarrollo temporal se denomina no
dinámico. Por ejemplo, correr, cocinar, fumar, hablar, caerse son eventos dinámicos. Ser flaco, medir 1.78m, conocer algo
son eventos no dinámicos.
La combinación de los rasgos delimitación, duración y dinamicidad da
lugar, según muchos autores, a clases aspectuales distintas.
Los eventos que son no delimitados, durativos y no dinámicos
se denominan ESTADOS (states, en
inglés). Son eventos que no ocurren, sino que se dan de manera homogénea
durante un período de tiempo. Ejemplos de estados son ser americano, ser verde,
medir 2m, saber inglés, amar a la
familia. Los rasgos que definen a los estados suponen combinaciones
sintácticas posibles y combinaciones que arrojan resultados agramaticales. Como
se dijo, los estados son eventos que no ocurren, sino que simplemente se dan.
Así se explica los contrastes entre las oraciones de (13):
(13) a. Ocurrió que cayó una gran helada.
b. *Ocurrió que la fruta estuvo sabrosa.
Un estado, por ser no delimitado
y durativo, no puede parar de darse:
(14) a. *Juan paró de ser americano/medir dos metros/saber inglés.
b. Juan paró de correr/escuchar ese programa de
radio/tomar mate.
Las oraciones de (14a) son
agramaticales, además, por el carácter no agentivo del sujeto; esta
característica es propia de los estados (y ayuda a distinguir claramente
estados de actividades). De allí que no acepten el imperativo, como se observa
en los predicados de (15):
(15) *Sabé la verdad/tené dos novelas de Cortázar/medí dos metros.
Los estados, dado que son
homogéneos y no dinámicos, no pueden descomponerse en fases intermedias en su
desarrollo temporal. Por ello, son incompatibles con la perífrasis
progresiva estar + gerundio, que supone un progreso de la acción en el tiempo
(16a) ni con la locución poco a poco (16b):
(16) a. *Juan está teniendo dos primos.
b. *Juan mide dos metros poco a poco.
c. Juan está preparando la materia/preparó la materia poco
a poco.
Los eventos que son no delimitados, durativos y dinámicos se
denominan ACTIVIDADES (activities, en
inglés). Se trata de eventos que se extienden a lo largo del tiempo y que
carecen de un punto final. A diferencia de los estados (también durativos y no
delimitados), las actividades tienen un sujeto agentivo, por lo que pueden presentar adjuntos que dependan del
carácter agentivo del sujeto, como se observa en (17)[4]:
(17) a. Juan corre todos los días para entrar en el equipo de
básquetbol.
b. *Juan mide dos metros para entrar en el equipo de
básquetbol.
Las actividades, a diferencia
de otros predicados, ocurren y han ocurrido al mismo tiempo. Esto es, si Juan
corre, se puede afirmar que ha corrido en cualquiera de los momentos en que se
subdivida el evento (a diferencia de, por ejemplo, arreglar un auto: el evento
ocurrirá de manera completa solo cuando el auto esté completamente arreglado).
Son actividades correr, jugar, nadar, caminar, cantar, fumar.
Los eventos que son durativos, dinámicos y además delimitados
se denominan REALIZACIONES o EFECTUACIONES (accomplishment, en inglés). Este tipo de eventos que se prolongan
en el tiempo pero que, a diferencia de las actividades, presentan de manera
inherente a su propia estructura temporal un punto final o un estado resultante
que indica el fin del evento. Una realización ocurrirá solo cuando se haya
alcanzado el punto final o estado resultante. Por eso, no se puede decir a
propósito de Juan arregla un auto que
el evento ocurre y ha ocurrido en cada una de sus fases intermedias. Son
realizaciones reparar un auto, caminar hasta la esquina, aprender las tablas de multiplicar, armar una repisa, construir un vínculo.
Existe un cuarto tipo de
predicado según su aspecto. Si el evento es dinámico
y delimitado pero no durativo, es decir, si no tiene
extensión temporal, se denomina LOGRO (achievements,
en inglés). Se trata de eventos puntuales que denotan el inicio o el final de
una situación, ya que se enfocan exclusivamente en ese punto inicial o final.
Son logros tropezar, llegar, nacer, morir, encontrar las llaves, darse cuenta de…,
entrar.
El siguiente cuadro resume las
características de las clases aspectuales de predicados estudiadas:
|
|
Delimitación
|
Duración
|
Dinamicidad
|
Agentividad
|
|
Estados
|
-
|
+
|
-
|
-
|
|
Actividades
|
-
|
+
|
+
|
+
|
|
Realizaciones
|
+
|
+
|
+
|
No corresponde
|
|
Logros
|
+
|
-
|
+
|
No corresponde
|
(Adaptado
de Bosque&Gutiérrez-Rexach, 2009: p. 301)
Dadas las descripciones
generales de estados, actividades, realizaciones y logros, es posible pensar en
pruebas formales que ayuden a distinguir los distintos tipos de clases
aspectuales de predicados.
Los predicados delimitados
(realizaciones y logros) se combinan con sintagmas temporales como en una hora, en un mes, mientras que los predicados no delimitados (actividades
y estados), por indicar una extensión temporal, se combinan mejor con sintagmas
encabezados por durante.
(18) a. Juan leyó la novela (realización) en una semana/#durante
una semana.[5]
b. Juan llegó a Neuquén (logro) en una hora/*durante una
hora.
c. Juan camina por la barda (actividad) durante dos
horas/#en una hora.
d. Juan supo dos idiomas durante toda su vida/*en una
hora.
Además, solo los predicados
delimitados pueden formar parte de construcciones del tipo llevarle a uno un año + X.
Las actividades las rechazan.
(19) a. Me llevó un año construir mi casa (realización).
b. Me llevó un año darme cuenta de mi error (logro).
c. *Me llevó un año caminar por la barda (actividad).
Por su parte, los predicados
no delimitados se pueden combinar con construcciones encabezadas por hasta. Los predicados delimitados, no.
(20) a. #Juan construyó la casa hasta el verano
(realización).
b. *Juan nació hasta el amanecer (logro).
c. Juan nadó hasta que se cansó (actividad).
d. Supe dos idiomas hasta que tuve el accidente (estado).
Existen pruebas para
distinguir realizaciones de otros tipos de eventos. Una de ellas es el adverbio
casi: si una realización se combina
con casi, la interpretación que tiene
lugar es la de que el evento ha comenzado a ocurrir pero no se desarrolló por
completo. Si casi se combina con un
logro, se interpreta que el evento ni siquiera comenzó a ocurrir (lo mismo
sucede con actividades y estados).
(21) a. Juan casi reparó el auto (realización).
b. La bomba casi explotó (logro)
c. Laura casi corre por el parque (actividad), pero se
arrepintió a último momento.
d. Laura casi odia a sus primos políticos (estado).
Otra prueba que identifica
realizaciones es la que dan ciertas construcciones adverbiales, como medio o hasta la mitad.
(22) a. Juan tiene medio construida su casa (realización).
b. Juan leyó la novela hasta la mitad (realización).
c. *Juan odia a sus primos hasta la mitad (estado).
d. *El pájarito murió hasta la mitad (logro).
f. *Juan caminó hasta la mitad (actividad).
4. Conclusión
Las pruebas para identificar
clases aspectuales de predicados son numerosas. Ello se debe, en gran medida, a
la naturaleza transcategorial del aspecto léxico. Desde un punto de vista
aspectual, tal como se intentó mostrar, los predicados son flexibles, lo que da
lugar a distintas combinaciones, a partir de elementos con distinto valor
aspectual. Ahora bien, no todas las combinaciones son posibles, ni en todos los
casos es posible forzar una interpretación; datos como los de (18)-(22) así lo
demuestran. Las repercusiones sintácticas de la naturaleza transcategorial del
aspecto léxico, como se pudo observar, son diversas. Aquí solo se han
presentado algunas con el objetivo de mostrar someramente el comportamiento de
los eventos según la clase aspectual a la que pertenecen.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Aristóteles. 1997. Metafísica. Madrid: Gredos (traducción
de Valentín García Yebra).
Bosque, I. (ed). 1990. Tiempo y aspecto en español. Madrid:
Cátedra.
Bosque, I. y Gutiérrez-Rexach, J. 2009. Fundamentos de sintaxis formal. Madrid: Akal.
De Miguel, E. “El aspecto léxico”. En Bosque, I. y Demonte, V. (dir.).
1999. Gramática descriptiva del español.
Madrid: Espasa.
Morimoto, Y. 1988. El
aspecto léxico. Delimitación.
Madrid: Arco Libros.
[1]
Fue Aristóteles (Met. IX, 6) quien,
en el siglo IV a. C., por primera vez notó la diferencia entre verbos que
tienden hacia un fin y verbos que carecen del mismo.
[2]
En la bibliografía especializada, suele utilizarse el término Aktionsart para referir el modo en que
en que se da una acción. Según De Miguel (op.
cit.), si bien Aktionsart goza de
aceptabilidad en la literatura sobre aspecto, algunos autores prefieren
utilizar el término aspecto léxico para
referir el modo en que se dan los eventos, por ser más general.
[3]
Algunos autores distinguen la noción de telicidad de la de delimitación (cfr.
De Miguel, 1999; Morimoto, 1988). En la
presente ficha, se consideran nociones sinónimas, tal como lo hacen
Bosque&Gutiérrez-Rexach, 2009.
[4] La
agentividad o no del sujeto es un rasgo que ayuda a diferenciar con claridad
estados de actividades. Sin embargo, al hablar de logros y realizaciones, este
rasgo carece de pertinencia.
[5]
El símbolo # indica que (18a),
con durante, no es agramatical, como
sí lo es (18b), sino que tiene una interpretación que no es relevante en este
contexto. Dicha interpretación no relevante podría parafrasearse del siguiente
modo: Juan estuvo leyendo la novela
durante una semana (y no la terminó).
miércoles, 22 de octubre de 2014
Ficha de cátedra: Tiempo, Modo y Aspecto
UNIVERSIDAD
NACIONAL DEL COMAHUE
FACULTAD DE
LENGUAS
TRADUCTORADO EN
IDIOMA INGLÉS
CÁTEDRA: Gramática
española I
Ficha
de cátedra: Tiempo, modo y aspecto en
español
1. Introducción
Las
nociones semánticas de temporalidad, modalidad y aspectualidad se manifiestan a
través del tiempo, el modo y el aspecto gramatical, que, junto con la
concordancia de número y persona, forman parte de la morfología flexiva
asociada al verbo. Sin embargo, las nociones semánticas mencionadas pueden
manifestarse por medio de otros recursos lingüísticos, además de la morfología
flexiva verbal y no existe necesariamente una correspondencia unívoca entre
éstas y las nociones gramaticales. Así, se distingue entre la temporalidad o
tiempo real, que supone una línea continua, infinita, que se proyecta desde un
origen hasta el futuro, de los tiempos gramaticales, que son finitos y se
interpretan de manera composicional. La idea de composicionalidad refiere al
hecho de que el tiempo gramatical sitúa un evento en relación con otro u otros
puntos de la línea temporal. Esa relación puede ser simultánea, anterior o
posterior. Esta misma distinción tenemos en cuanto al modo: la modalidad
refiere a la actitud del hablante y puede expresarse de diferentes maneras. Una
de sus manifestaciones es por medio del modo gramatical: indicativo y
subjuntivo. Suele considerarse que el indicativo está asociado a una modalidad
asertiva (Seguramente, Juan
llega/??llegue temprano), mientras que el subjuntivo se vincularía con un
menor grado de certeza (Tal vez, Juan
??llega/llegue temprano). Sin embargo, solo en algunos casos es posible
observar esta correspondencia, ya que las condiciones de aparición del modo
gramatical está determinado en un gran número de casos por el verbo que lo
selecciona, más que por la actitud del hablante. Así, un verbo como suponer, que indica una modalidad no
asertiva, selecciona el modo indicativo para su complemento: Supongo que Juan viene/*venga hoy. La
aspectualidad, por su parte, refiere a la manera en la que se desarrolla un evento,
pero resulta evidente que la distinción gramatical entre perfecto e imperfecto
no es suficiente para contemplar todas las maneras de desarrollo posibles.
Además, tampoco alcanza para entender por qué es posible decir Ana solía cocinar, pero no *Ana solía morir.[1]
Finalmente, cabe agregar que tanto la temporalidad como la modalidad y la
aspectualidad no solo se manifiestan por medio de las categorías gramaticales
de tiempo, modo y aspecto, en cuanto información flexiva del verbo, sino que se
ponen en evidencia por medio de diferentes recursos, como el uso de adverbios,
oraciones temporales, perífrasis verbales, adjuntos de modalidad, etc.
2. El tiempo gramatical y otras manifestaciones de la
temporalidad
Las
lenguas presentan diferentes recursos para referir al tiempo. En español,
además de la morfología flexiva de tiempo propia de los verbos, encontramos
adverbios temporales como ayer, ahora, mañana, y también oraciones como cuando era chico, mientras
dormía, etc. Desde una primera aproximación intuitiva, lo único que
necesitaríamos son tres tiempos básicos: presente (ahora), pasado (antes de
ahora) y futuro (después de ahora). Como señalan Bosque & Gutiérrez- Rexach
(2009: 649), lo que necesitamos para caracterizar estos tiempos es un sistema
de dos dimensiones: el ahora, i.e., el momento del habla (H) y el punto o
intervalo donde situamos el evento (E). Teniendo en cuenta esto, es posible
utilizar la noción de deixis, que empleamos para hablar de los pronombres
personales y de los adverbios. Así como yo
señala al hablante, el tiempo presente señala el momento de habla. Sin embargo,
las relaciones que se pueden establecer son algo más complejas, al igual que lo
que sucede con los pronombres. Por ejemplo, en una oración como Cuando llegué a casa, las luces se habían
encendido, el evento las luces se
habían encendido es anterior al momento de habla, pero aparece vinculado a
otro evento con el que establece una relación de posterioridad. Este segundo
evento constituye un punto de referencia que permite anclar el evento principal
en un contexto determinado. Si recordamos lo que sucedía con los pronombres
personales, vemos que el comportamiento no es muy distinto: Juan resolvió todo, pero la maestra no lo felicitó. La
interpretación del clítico acusativo lo,
requiere de un referente en el contexto discursivo para poder ser interpretado.
Así,
al igual que los pronombres, que pueden clasificarse en deícticos y anafóricos,
con los tiempos verbales cabe esta misma distinción. Siguiendo la propuesta del
lógico Hans Reichenbach (1947), se reconoce que los tiempos verbales se
interpretan con respecto a tres puntos o coordenadas temporales:
El
tiempo del habla (H)
El
tiempo del evento (E)
El
tiempo de la referencia (R)
En
los tiempos deícticos como el presente, el pretérito perfecto/imperfecto y el
futuro, R coincide con E. En los demás tiempos, su distinción resulta
fundamental. Veamos un ejemplo:
(1)
Ayer Juan ya había terminado el artículo.
En
esa oración, el evento (terminar el
artículo) es anterior a H, pero se localiza en relación a una referencia,
que es ayer (R). Así, E es anterior a
R y ambos momentos son anteriores a H. En un esquema temporal, representaríamos
esta relación de la siguiente manera:
(2)
terminar el artículo (E) __ ayer (R)__ H
Los
adverbios temporales pueden relacionarse con el tiempo del evento o con el
tiempo de la referencia, si bien en la mayoría de los casos coinciden con ambos
(Llegué ayer/ Comeré esta noche) o se vinculan preferentemente a R, como en el
ejemplo anterior. Ahora bien, hay oraciones que pueden resultar ambiguas, como La secretaria se había ido a las tres.
La construcción a las tres se puede
interpretar en relación a E (i.e., la secretaria se fue a las tres) o en
relación a R (i.e., cuando dieron las tres, la secretaria ya se había ido).
Los
tiempos verbales pueden manifestarse morfológicamente o por medio de perífrasis
verbales. Las perífrasis verbales
son expresiones formadas por un verbo flexionado y otro no flexionado
(infinitivo, participio o gerundio), que conforman un constituyente sintáctico.
En algunos casos, puede mediar una preposición o una conjunción entre ambas
formas. Lo relevante de estas expresiones es que el verbo no flexionado es el
que presenta la información léxica (significado, selección argumental, etc.),
mientras que el verbo flexionado es una forma gramaticalizada, i.e., carece de
contenido léxico y aporta información de tipo gramatical. Los tiempo compuestos
del español son formas perifrásticas formadas por el “auxiliar” haber y una forma de participio (he
cantado; había corrido; habré saludado, etc.). Haber en este contexto carece de significado léxico. La otra
perífrasis temporal que presenta el español es la de futuro, formada por el
verbo ir + a + infinitivo (voy a cantar). En este contexto, ir ha perdido su valor semántico de
desplazamiento en una dirección y aporta el contenido gramatical de futuro.
Compare las oraciones de abajo:
(3)
a. Juan va al cine todos los domingo.
b. Juan va a casarse.
En
algunos casos, no es posible definir si estamos ante el verbo de desplazamiento
o ante la perífrasis. Sin embargo, solo cuando el verbo ir mantiene su contenido semántico podemos incorporar la meta entre
el verbo y el infinitivo.
(4)
Juan va a la iglesia a/para casarse.
3. El modo y otras
manifestaciones de la modalidad
A
diferencia del tiempo, que presenta muchas formas, el modo gramatical solo
tiene tres... en realidad dos (indicativo y subjuntivo) y una un poco
deficiente (imperativo). Como indicamos anteriormente, en algunos casos los
modos se corresponden con la actitud del hablante, pero no siempre esta
correlación es directa y en la mayoría de los casos el uso de uno u otro está
condicionado por factores gramaticales, como el tipo de modo que selecciona un
verbo o una conjunción subordinante. Veamos un ejemplo sencillo. Un hablante
puede dar una orden de diferentes maneras. Cualquiera sea el recurso que emplee
su actitud será la de dar una orden, i.e., conseguir que alguien haga algo.
Ahora bien, puede usa un imperativo (¡Abrí la ventana!), una forma condicional
(¿Abrirías la ventana?) o incluso una oración declarativa (Hace calor). Como
vemos, la forma que emplea el hablante para manifestar su pedido puede variar
bastante.
Por
esta razón, se plantea que la noción de modalidad interrelaciona tres conceptos
distintos: (1) el tipo de oración,
que depende del acto de habla que se quiera realizar; (2) la factualidad del evento, que indica el
grado de compromiso que adopta el hablante con respecto a la realidad que le
atribuye al evento denotado; y (3) la relación
entre el evento y sus participantes, en términos de obligación, capacidad o
intención.
Ya
referimos al tipo de oración, pero cabe señalar, en relación al modo
gramatical, que para dar una orden utilizamos tanto el imperativo, como el
subjuntivo, que es el único modo verbal que aparece para manifestar lo que se
conoce como imperativo negativo. Y, evidentemente, una orden no está en el
plano de lo irreal o la falta de asertividad del hablante.
(5) a. Comé todo.
b. No comas/comás todo.
c. *No comé todo.
Con
respecto a la factualidad del evento, encontramos distintos recursos. Morfológicamente,
suele utilizarse el condicional para atenuar el grado de compromiso del
hablante (6a). Sintácticamente, el hablante puede atribuir un carácter irreal
al enunciado, usando una oración condicional (6b) o agregar un grado de certeza
mayor usando ciertos predicados (6c). Otra forma de expresar la factualidad es
por medio de adjuntos de modalidad (6d).
(6)
a. El delincuente habría sido detenido.
b. Si el delincuente hubiera sido detenido, nos habríamos
enterado.
c. Es seguro que el delincuente fue detenido.
d. Aparentemente/Seguramente/Probablemente, el delincuente
fue detenido.
La
manifestación del tercer concepto, i.e., la relación entre el evento y los
participantes, se da por medio de perífrasis verbales (modales). Estas
perífrasis se caracterizan por la combinación de poder y deber más una
forma verbal de infinitivo. Nuevamente, es el infinitivo el que presenta
contenido léxico (significado, selección de argumentos, etc.). También
encontramos la perífrasis con tener que
+ infinitivo y, en ciertos registros, haber
de + infinitivo. Los auxiliares deber
y poder reconocen dos valores: uno epistémico, ligado a la posibilidad o
probabilidad de que ocurra un evento y otro deóntico, referido al sentido de permiso u obligación. Por ejemplo,
la oración Juan puede viajar a Buenos
Aires, se interpreta como existe la
posibilidad de que Juan viaje o bien como Juan tiene permitido viajar. También, puede entenderse que Juan es capaz de viajar. Lo mismo en Juan debe viajar a Buenos Aires,
interpretamos que hay probabilidad de que
Juan viaje o que Juan tiene la
obligación de viajar. En general, se prefiere una lectura por sobre la
otra, pero si observamos la oración interrogativa de (7), vemos que todas están
disponibles.
(7)
¿Podés abrir la ventana?
Interpretación
A: ¿Existe la posibilidad de que abras la ventana?
Interpretación
B: ¿Tenés la capacidad de abrir la ventana?
Interpretación
C: ¿Tenés permitido abrir la ventana?
5. El aspecto gramatical y
otras manifestaciones de la aspectualidad
Como
señalamos anteriormente, la aspectualidad refiere a la manera en la que tiene
lugar el evento. Esta noción tiene múltiples manifestaciones. Aquí nos
detendremos en su manifestación morfológica y en su manifestación en perífrasis
verbales. Desde el punto de vista morfológico, reconocemos en el pretérito la
distinción entre el pretérito perfecto (canté)
y el imperfecto (cantaba). Las formas
de perfecto ven el evento en su totalidad, sin analizarlo internamente,
mientras que el imperfecto, se enfoca en el desarrollo del evento. Por ejemplo,
Juan cantaba, no solo indica que ese
evento sucedió en el pasado, sino que agrega información en cuanto al
desarrollo de ese evento, por ejemplo, que el evento de cantar se dio con cierta duración o iteración.
Pero
cuando hablamos de la manera en la que tiene lugar un evento, sabemos que
podemos enfocarnos en el inicio o en el final de este, por ejemplo. Ninguna de
estas maneras de ver la estructura interna del evento cabe en la distinción
morfológica que conocemos. El español emplea otros recursos para manifestar la
información vinculada al desarrollo del evento: las perífrasis verbales aspectuales. Las perífrasis aspectuales pueden
enfocarse en el inicio del evento (perífrasis incoativas): comenzar a + infinitivo; empezó
a + infinitivo. También pueden enfocarse en el punto anterior al inicio del
evento (perífrasis inminenciales): estar
por + infinitivo; estar a punto de
+ infinitivo. Encontramos las que indican continuación (estar + gerundio, seguir
+ gerundio); las terminativas (terminar
de + infinitivo); las resultativas (llegar
a + infinitivo); las reiterativas (volver
a + infinitivo) y las habituales (soler
+ infinitivo). Todas estas forman indican la manera en la que el evento tiene
lugar.
Como
veremos, la noción de aspecto es bastante más compleja y atraviesa diferentes
clases de palabras. La imposibilidad de muchas combinaciones se explica por
cuestiones aspectuales. Sobre este punto, nos detendremos en las próximas
clases y en la próxima ficha de cátedra.
[1] En esta ficha comentaremos algunas cuestiones generales sobre el
aspecto gramatical. Nos detendremos en lo que se conoce como aspecto léxico en
la ficha de cátedra confeccionada por el Prof. José Silva Garcés.
viernes, 17 de octubre de 2014
Trabajo Práctico N° 6
Hola.
Les dejo el TP 6 para aquellos que no pudieron asistir al práctico. Les aviso también que dejé linkeado un trabajo de Company Company sobre adverbios en -mente.
¡Saludos!
Les dejo el TP 6 para aquellos que no pudieron asistir al práctico. Les aviso también que dejé linkeado un trabajo de Company Company sobre adverbios en -mente.
¡Saludos!
UNCo - FadeL
- Traductorado Público Nacional en Idioma Inglés - GE I
Trabajo
Práctico N° 6 - 16.10.2014
1) Identifique los morfemas de las siguientes formas verbales.
Saltábamos,
amaste, perdido, brotaste, supiera, presidente, hornearán, luchas, sople, arrepentirse,
ennegrecer, urbanizar, salpicado, llegando.
2) Indique el nombre del tiempo verbal en los verbos subrayados y
caracterícelo con sus propias palabras.
a)
Mis amigos llegaron ayer de Córdoba / a’) Mis amigos habían llegado
ayer de Córdoba.
b)
Hablan de política todo el tiempo / b’) Van a hablar de política
todo el tiempo.
c)
Saludó al político; luego se arrepintió / c’) Saludaba a los
políticos; luego se arrepintió.
d)
Juan dijo que vendría a la fiesta
/ d’) Juan dijo que habría venido a la fiesta si lo hubiesen
invitado.
3) Indique los papeles temáticos y las funciones sintácticas de los SSNN
argumentales en las siguientes oraciones.
a)
Sabe la verdad.
b)
Juan caminó esta mañana a la universidad.
c)
La periodista entrevistó a los choferes de colectivos.
d)
Los choferes pasaron los colectivos.
e)
La tormenta se originó en la cordillera.
f)
Gimena ama a su pareja.
g)
Los obreros pusieron los materiales en el camión.
h)
Los ciruelos brotaron a finales de agosto.
i)
¡Faltan libros!
4) Determine la función sintáctica de los elementos subrayados en las
siguientes oraciones.
a)
Se sabe que a Juan lo designaron director del instituto.
b)
Juan necesita repararle su cama.
c)
Es fácil hacer que a Juan le gusten las acelgas.
5) Determine el comportamiento de los verbos inergativos y los verbos
inacusativos a partir de los siguientes datos.
a)
Crecen flores. b)
*Caminaron amigos.
a’)
Llegaron amigos. b’)
*Gritaron niños.
c)
Engordados los animales, los enviaron de nuevo a los corrales.
c’)
Crecido el río, hicimos la bajada.
c’’)
Comprados los materiales, empezamos a construir.
d)
*Bailado Juan, nos fuimos a la fiesta.
d’)
*Sonreída Sonia, todos nos alegramos.
e)
Juana vivió una vida feliz f)
*Desapareció una desaparecida imprevista.
e’)
Nosotros corrimos una carrera sencilla. f’)
*Palidecieron una palidecida inusual.
sábado, 11 de octubre de 2014
2do Trabajo de Investigación
Trabajo
de investigación sobre la unidad 2
Fecha
de entrega: 23/10
Integrantes: hasta cuatro integrantes
Tema de
investigación: adverbios adjetivales. También llamados
adjetivos adverbiales o adjetivos desnudos (bare adjectives)
Materiales
que pueden consultar:
Gramática descriptiva de la Lengua española, RAE. 3
tomos. (Biblioteca)
Nueva Gramática de la Lengua española
Manual de gramática española, de Di Tullio.
Di Tullio, A. (2013) “Los adjetivos desnudos ysus posibilidades sintácticas”. Ponencia plenaria presentada en el VI Encuentro de Gramática Generativa,General Roca, agosto de 2013.
Company Company, C. En prensa. “Los adverbios en -mente”, en Company Company, Concepción (dir.). Sintaxis histórica de la lengua española. Tercera parte: adverbios,preposiciones y conjunciones. Relaciones interoracionales. México: Fondo deCultura Económica y Universidad Nacional Autónoma de México.
Company Company, C. En prensa. “Los adverbios en -mente”, en Company Company, Concepción (dir.). Sintaxis histórica de la lengua española. Tercera parte: adverbios,preposiciones y conjunciones. Relaciones interoracionales. México: Fondo deCultura Económica y Universidad Nacional Autónoma de México.
Formato
del trabajo:
Asignatura
Carrera/Facultad/Universidad
TÍTULO
(mayúsculas y centrado)
Autor/autores
(centrado)
Texto:
En letra Times New
Roman Nº12, justificado, interlineado sencillo. Extensión máxima: tres
carillas. Márgenes: 2,5cm
Se trata de un
texto expositivo, así es que deben respetar las características de este tipo de
texto. Eviten las citas directas en lo posible, a menos que se trate de una
definición muy importante y, en ese caso, hagan la cita como corresponde
(Apellido AÑO: PÁG). Las ideas que pertenezcan a los autores que utilicen
también deben estar citadas correctamente, aunque utilicen paráfrasis. Por
ejemplos: Di Tullio & Suñer (2014) plantean que.... Agreguen los ejemplos
que consideren necesarios para la mejor comprensión.
Referencias: es
decir, qué material consultaron y citan en su escrito. Consulten por lo menos tres
fuentes distintas.
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